LPC y Amigos: Ruido y Furia al Otro Lado

De 26 de septiembre a 9 de noviembre de 2024. La Gran (Carabanchel, Madrid)

El 26 de septiembre, La Gran inicia la temporada 2024-2025 con una exposición que Luis Pérez Calvo abre a una quincena de amigos artistas. En ella rinde homenaje al ruido y la furia que siempre ha surgido del sur madrileño, de los carteles colectivos de los grandes festivales de Rock y de las obras de sus artistas favoritos, representados aquí por esos amigos, que han desarrollado piezas expresamente dedicadas a su trabajo: Borja Bonafuente, Nacho Casares, Carlos García Alix, Alfredo García Revuelta, Montse Gómez Osuna, Carmen González Castro, Patricia Landabaso, Teresa Moro, Jonathan Notario, Guillermo Peñalver, Cristina Ramírez, José Antonio Reyes, Óscar Seco, Marta Serna y Abdul Vas.

La Gran inicia su sexta temporada en Madrid (en la que, además, la galería cumplirá 10 años desde que abrió en marzo de 2015 en Valladolid) con la exposición LPC y Amigos: Ruido y Furia al ‘Otro Lado’. Un muestra individual de Luis Pérez Calvo que el artista madrileño abre generosamente a una quincena de artistas amigos y que toma la galería –situada en Carabanchel, al Otro Lado–, como escenario de una suerte de Festival de Rock nada cacofónico. Un macroconcierto en el que las diferentes voces –la suya y la de los amigos y amigas que le acompañan en el cartel de este festival– presentan trabajos inéditos alrededor de un gran mural realizado ex profeso, una ciudad construida con jarrones de cerámica tradicional esgrafiada y otros dibujos. Y que versan sobre los tres temas centrales de la obra de Pérez Calvo: la música, el permanente homenaje al trabajo de otros artistas y la ciudad, en particular el sur de la suya, Madrid; y su apoteosis pero también el riesgo de desmoronamiento y adormecimiento del ruido y la furia que siempre le han caracterizado.

Un mural dibujado con mucha furia ha invadido las paredes de la galería a partir de tentáculos de ciudad, monstruos y multitud de grietas. Junto a él, dibujos de ciudades con elementos icónicos de conciertos pasados, pero también futuros, se mezclan con cabezas de figuras de la cultura popular, hitos de un Sur post apocalíptico. Guitarras voladoras y un sinfín de detalles sobre los que los ojos no pueden parar de zigzaguear.

Una pesadilla psicodélica y barroca llena de edificios robot, grúas… una locura que recuerda a algunos de los artistas fetiche de Pérez Calvo; James Ensor, Goya, o Grosz mezclados con la estética de las ferias y de los conciertos de rock del Vistalegre o de la Torre Capitol. Además, obras más pequeñas pero también ruidosas (tanto suyas como de sus amigos) realizadas sobre lienzo y papel, fundamentalmente, acompañan a sus reconocidos jarrones esgrafiados donde las ciudades se convierten en junglas de cemento, tuberías, animales mecánicos y otros elementos que enloquecen en este ruido metalero que recorre toda la muestra.

Una mirada nostálgica, faulkneriana, quizá apocalíptica pero en el fondo divertida y esperanzada. Para tratar de desmentir a Macbeth, quien advirtió que El Ruido y La Furia no son más que meras palabras, el bla bla, bla de los artistas, esos necios a quienes la masa quisiera poder silenciar.

Breve biografía de la artista

Luis Pérez Calvo (Madrid, 1962) es un artista cuyo trabajo bebe directamente de la música popular urbana, del circo, del cine, de rebuscar en El Rastro, de las verbenas y los viejos tebeos. Criado entre los populares barrios madrileños de Lavapiés y Embajadores, su imaginario responde fundamentalmente a la cultura más castiza y popular de lo español de los sesenta a los ochenta. Así, en sus obras se codean los Beach Boys con Superman, Batman o los personajes de Ibáñez; platos de comida clásicos con fragmentos de revistas antiguas y envoltorios de chicles Bazooka o publicidad de los jabones Lagarto con referencias a Patinir y otros artistas clásicos.

Luis Pérez Calvo –llamado arqueólogo de la cultura popular por algún crítico– relee, pinta, dibuja, recorta, pega, ironiza y homenajea de forma casi compulsiva, sin descanso, a todos aquellos seres y recuerdos que pueblan su memoria y que trata de recuperar en un intento melancólico pero divertido por atrapar una sociedad fetichizada de un pasado reciente que desaparece poco a poco. 

Su trabajo se basa en el dibujo, a menudo combinado con el collage, y que utiliza sobre soportes de todo tipo, incluyendo la cerámica. Con recursos como el homenaje, el guiño, el palimpsesto o la intertextualidad, sus obras le permiten moverse en esta intrahistoria de las pequeñas cosas, no con un afán de registrar grandes acontecimientos, sino pequeños objetos que construyen una historia más emocional que Histórica.

Su obra forma parte de colecciones como las de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, Luciano Benetton Collection y otras privadas nacionales e internacionales.

 

Luis Pérez Calvo, “Apocalipsis en el Manzanares”, 2024 (Detalle). Rotuladores de tinta y acrílico sobre cartulina. 70x100 cm. Enmarcado.