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Ignacio Pérez-Jofre. "Escombro"

27 de junio a 10 de octubre de 2015.

Exposición individual de Ignacio Pérez-Jofre

 

Ignacio Pérez-Jofre inaugura “Escombro” en La Gran, su primera exposición individual en Valladolid, que incluye varias intervenciones en fachadas de lugares céntricos de la ciudad

El artista Ignacio Pérez-Jofre lleva tiempo trabajando en torno a la relación entre el arte y su contexto. Acostumbra a tomar apuntes, dibujar y pintar directamente del natural, incluso en la calle, estableciendo contactos directos entre realidad y objetos, soporte y representación. De este modo, cualquier objeto es susceptible de ser tema de sus piezas, igual que cualquier material, cuya relación tematiza. 

Una cámara sobre una estantería, una calculadora en una mesa, una servilleta en una cafetería, un trozo de escombro encontrado… son herramientas para el trabajo de Pérez-Jofre, con el que muestra la continuidad de lo real, por la que, digamos, la materia no se desintegra, sino que se transforma y se convierte en otra cosa. Una silla colocada en un extremo del estudio, perfectamente integrada en el contexto, antes ha sido listón de madera y previamente un árbol. Ello se manifiesta en las huellas de su propia evolución que el material muestra, como se aprecia en las series Escombros (2014) o Soporte encontrado (2014-15), incluidas en la exposición que, como siempre, ocupa diversos espacios de la vivienda donde se encuentra La Gran. 

En la serie Obras (2015) que también se expone, el proceso es diferente: el soporte se utiliza para pintar fragmentos específicos, de manera que se atraiga sobre ellos la atención. Ahora es el propio material el que es tematizado, no ya es sólo puro soporte. 

 

Una vez más, una de las habitaciones de La Gran se convierte en gabinete que reflexiona sobre el proceso y alberga cuadernos, diarios de dibujo del artista y anotaciones de campo, como las de la serie Gracias por su visita (2013-14) realizadas sobre servilletas de papel. A estas piezas se suma la documentación recogida en los últimos proyectos urbanos del autor: Vida Nocturna y Árbol (Vigo, 2014) y Fantasmas (Madrid, 2014). 

Estos proyectos se desarrollan en la calle, espacio que el artista vive de otra manera, en interacción con el transeúnte. Árbol es una intervención pictórica directa que está perfectamente vinculada al lugar y se integra totalmente en el muro de manera azarosa, ofreciendo una segunda mirada sobre un objeto presente. En cambio, el papel encolado de Vida Nocturna y Fantasmas, aporta un algo furtivo que implica un desplazamiento de la imagen. La permanencia de dichas intervenciones aporta nuevos significados a la referida relación entre imagen y referente.