Espacio Líquido y La Gran participamos en la feria de arte contemporáneo Estampa, compartiendo proyecto y stand por cuarta vez. Tras concurrir juntos durante los últimos cuatro años a las ferias Estampa, UVNT, Pinta Miami o Justmad y desarrollar exposiciones conjuntas como Rituales de Ana Teresa Barboza o Un mundo que no existe, ambas galerías acudimos a esta edición de ESTAMPA con nuestro stand de mayor tamaño hasta la fecha, para generar un proyecto basado en diálogos a dos que habla fundamentalmente de transformación e hibridación.

Marina Núñez presenta minuciosos dibujos y dos cristales tallados con láser que muestran formas femeninas de las que surgen paisajes que aluden a la realidad fluyente y empática hacia el entorno que las constituye. También Noemí Iglesias y Elleny Gherghe se introducen en realidades híbridas con la naturaleza y las actuales relaciones del ser humano con ella. Además, los colores de Gherghe se suman en frescura a los empleados por Samuel Sowatey, quien ha desarrollado su pintura a partir de referencias a su vida y a la cultura africana de Ghana. Lo tradicional y las texturas de su tierra acompañan a potentes retratos cuya fuerza se concentra en la posición de sus personajes, quienes nos desafían con una mirada indiferente y altiva. 

Javier Rodríguez Pino y Pablo Linsambarth comparten pared para explorar las imágenes y relatos que se desprenden de los escenarios de violencia política en Chile para construir una nueva narración, crítica y políticamente comprometida, de historia reciente del país. Y lo hacen con dos estrategias complemen-tarias: mediante una descripción cruda que se aproxima al cine y al género de terror en el caso del primero; y con referencias poéticas tomadas de la historia de la pintura en las obras de Linsambarth.

Mariajosé Gallardo presenta varias pinturas donde mezcla elementos de fuentes tan dispares como el Barroco, la Historia del Arte en general, memes tomados de las redes sociales o incluso de grafitis. Símbolos mezclados, modificados o yuxtapuestos, que componen cuadros en los que la saturación de elementos es una constante con la que pretende destruir la canonizada distinción entre alta y baja cultura. Desde formalizaciones muy distintas, Oliver Roura y Black Butter exploran las cualidades de la pintura para generar composiciones en las que el proceso es un protagonista que ambos integran en el resultado final de una obras que difieren en la pulcritud del estilo de las del primero y las referencias al bad painting del segundo. 

Las cerámicas de Luis Pérez Calvo generan volumen en el espacio del stand a partir de jarrones y cántaros de corte tradicional sobre los que ha esgrafiado con su ya reconocible mezcla de elementos tomados de la música y la cultura popular. Ignacio Pérez-Jofre y Juan Fernández Álava comparten una gran pared en la que el primero, mediante la utilización del frottage con tierra, registra las tramas de los diferentes diseños de las aceras de la ciudad en la que vive y el segundo, recurriendo a la pintura, retrata de forma sistemática a decenas de adolescentes de su entorno. Ambos componen sendos murales con los que dejan claros sus intereses plásticos.

Breves biografías de los artistas

Con su obra plástica reciente, Marina Núñez (Palencia, 1966) nos invita a reflexionar sobre cómo afectan a nuestra subjetividad y a nuestra vida las cada vez más habituales interferencias entre lo humano y lo tecnológico. Una constante de su obra ha sido siempre la representación de seres aberrantes, diferentes, los que existen al margen o en contra del canon.

Mariajosé Gallardo (Villafranca de los Barros, Badajoz, 1978) se considera una artista anacrónica porque utiliza la pintura y le interesa reflexionar sobre el proceso pictórico en un tiempo en el que el arte se afana por buscar otros medios. Mediante la pintura –y su disposición instalativa en muchas ocasiones–narra historias aparentemente intrascendentes, mezclando tradición y cultura actual.

El trabajo de Luis Pérez Calvo (Madrid, 1962) se basa en el dibujo y la pintura, que utiliza sobre soportes de todo tipo, incluyendo la cerámica. Y se alimenta de la cultura popular urbana en un intento melancólico pero divertido de atrapar un pasado reciente que desaparece poco a poco.

La práctica artística de Javier Rodríguez Pino (Santiago de Chile, 1981) explora las imágenes y relatos que se desprenden de los escenarios de violencia política en Chile. Utiliza el lenguaje cinematográfico, la gráfica política y el ensayo histórico en formato cómic para desarrollar trabajos situados entre el dibujo, el pop de terror y la Historia Social.

Ignacio Pérez-Jofre (Madrid, 1965) investiga sobre la vigencia del hecho pictórico en el arte contemporáneo y desarrolla una obra multidisciplinar que busca resaltar la importancia de la proximidad y la experiencia del espacio y el momento. Esto le ha conducido a trabajar de manera muy intensa en el medio urbano, que es utilizado como objeto pero también como sujeto de sus acciones.

Pablo Linsambarth (Santiago de Chile, 1989) investiga las formas en las que el arte puede aplicarse a la vida política cotidiana. Para ello, utiliza sus propias anécdotas y experiencias como espacio de experimentación e investigación para comprender los distintos acontecimientos que le rodean. Linsambarth parte de lo cotidiano para llegar a  lo político a través del medio pictórico. 

Black Butter (Madrid, 1997) busca mostrar una visión del mundo en la que, aunque elementos aparentemente oscuros son protagonistas, una belleza cautivadora y vibrante, mezcla de lo atractivo y lo ingenuo, lo trash y lo brut, afloran bajo su superficie. En su obra, básicamente pictórica, centra su atención en seres fantásticos y mundos ficticios influidos por personajes y criaturas del anime y los videojuegos.

En el trabajo de Noemí Iglesias (Asturias, 1987) la utilización de técnicas artesanales de creación y diseño en porcelana es protagonista. Con este material ilustra de formas diversas la actual mercantilización del enamoramiento y cómo los patrones emocionales son asumidos socialmente como iconos de consumo en la producción de una utopía romántica.

Samuel Sowatey (Acra, Ghana, 1997) crea potentes retratos africanos, utilizando medios plásticos tradicionales de su cultura, cuya fuerza se concentra en la posición de los personajes, quienes nos desafían con una mirada indiferente y altiva.

Juan Fernández Álava (Asturias. 1978) es un pintor de declara amar su oficio. Desarrolla una obra caracterizada por seguir la estela inagotable de los artistas que se han acercado al género del retrato y del paisaje tratándolo como algo misterioso y urgente en continua renovación.

Oliver Roura (Barcelona, 1978) vive y trabaja en Berlín. Explora las cualidades de la pintura más allá de sus convenciones clásicas, creando un lenguaje propio en el cual la materia pictórica se convierte en el eje central de su trabajo.

En sus pinturas, Elleny Gherghe (Comănești, Rumanía, 1994, vive en Málaga), profundiza en sus propias experiencias y en la belleza de la naturaleza de su tierra natal para ofrecer una ventana a un mundo en el que la llamada a la empatía con el entorno natural se hace no sólo esencial, sino urgente.