Marina Núñez. Colección de NFTs para "El tiempo de las quimeras”.
Pabellón Nacional de Camerún en la 59ª edición de la Bienal de Venecia
De 23 de abril a 27 de noviembre de 2022. Ca’ Bernardo. San Polo. Venecia
Marina Núñez participa, junto con otros 20 artistas cameruneses e internacionales entre los que se encuentra el español Miguel Soler-Roig, en la primera exposición de Cripto Arte dentro del programa oficial de la 59ª Exposición Internacional de Arte (La Biennale di Venezia).
El inmenso crecimiento del arte africano se celebra y certifica con la primera participación histórica de Camerún con dos Pabellones llenos de arte, historia, cultura y compromiso, y con una novedad absoluta para la cita, el debut de las NFT (Non-Fungible Token).
Del 23 de abril al 27 de noviembre de 2022. En Ca’ Bernardo (San Polo) y Liceo Artistico Guggenheim (Dorsoduro). Venecia.
Camerún está representado por primera vez en la Exposición Internacional de Arte (La Biennale di Venezia) con un proyecto muy rico y espectacular comisariado por Emmanuel Paul Loga Mahop y Sandro Orlandi Stagl, titulado ”El tiempo de las quimeras”. Este se desarrolla en dos sedes distintas: una física, en versión más tradicional, instalada en el claustro del Liceo Artístico Michelangelo Guggenheim, y otra digital, en el Palazzo Ca' Bernardo. Artistas de Camerún y artistas internacionales dialogan entre sí sobre sueños realizables y utopías posibles: éste es el concepto central de la exposición que hunde sus raíces entre el presente y el pasado, entre la realidad y el mito.
El proyecto "El tiempo de las quimeras" se plantea en consonancia con los temas que la comisaria general de la 59ª Biennale di Venezia, Cecilia Alemani, ha propuesto para esta edición, que ha titulado "La leche de los sueños” inspirada en la obra homónima de Eleonora Carrington: la representación de los cuerpos y sus metamorfosis; la relación entre los individuos y las tecnologías y la conexión entre los cuerpos y la Tierra. Precisamente, en torno a estos ejes discursivos giran las obras de los artistas españoles Marina Núñez y Miguel Soler-Roig. Piezas mutantes en las que los cuerpos, mediatizados por la tecnología y la naturaleza, son los protagonistas.
Marina Núñez describe “Sin Piel”, el proyecto presentado, como “mujeres de piel incómoda, tensa, desasosegada, desajustada, que se agita porque se percibe como una constricción, una frontera, una armadura, quieren librarse de sus límites para ser otra cosa: metamórficas, abiertas, múltiples. Como crisálidas que estallan para expandirse, como supernovas fluyentes e incontenibles.
El propio título de la obra, “Sin piel” transmite cierta idea de exposición al entorno, de vulnerabilidad, que me parece muy preferible al ansia de invulnerabilidad que tanto caracteriza al ser humano. Cuando es exagerado y patológica, esa sensación, que además siempre es ilusoria, lleva a un intento de concebirse como un sujeto acabado, centrado, por completo autónomo, y al control. Una persona sin piel puede entenderse como alguien menos obsesionado con levantar defensas y más abierto a relaciones cercanas, empáticas y hasta simbióticas con otros seres.
En estos vídeos la piel de las mujeres no encuentra sosiego, y su desgarro, si bien incrementa el dramatismo, es una crisis necesaria, que permite que surja de su interior un flujo de partículas de resonancias cósmicas, como constelaciones que desbordan la forma humana para explorar y crear nuevos mundos.”
Las obras han sido producidas por La Gran.
Esta es la segunda incursión de Marina Núñez en el mundo del NFT tras las 5 obras de la serie “Simbiosis” que se muestran hasta el 30 de abril en la exposición del mismo nombre en La Gran.
Una apuesta en la que la galería quiere acompañarla, ya que los NFTs, más allá del valor “autentificador” del encriptado de las imágenes, de la transparencia de las transacciones avaladas por smartcontracts, de las capacidades de distribución y venta de sus plataformas, se están convirtiendo en una herramienta de visibilización, valoración y promoción del arte digital, que es el medio natural de Marina Núñez desde comienzos del siglo.
Por todo ello, desde la galería queremos, modestamente, tratar de agitar tanto al coleccionista interesado en la obra tradicional que empieza a valorar y sentir interés por otras formas de almacenar y mostrar las obras, como al habitual de los NFTs, poco o nada atraído por el mundo del arte contemporáneo. Es un sector que, más allá de burbujas propias de unos inicios desconcertantes por el alto interés especulativo despertado, ha venido para quedarse, como tantos otros avances socio-tecnológicos, y creemos que su evolución, su relación con el arte contemporáneo de calidad, puede y debe venir de la mano de todos los agentes del sector, desde artistas a comisarios, pasando por las propias galerías o los museos.
Más información sobre los pabellones nacionales en la Bienal de Venecia
Sobre la artista:
Una constante en la obra de Marina Núñez (Palencia, 1966) ha sido siempre la representación de seres aberrantes, diferentes, los que existen al margen o en contra del canon. Los cuerpos anómalos que pueblan sus obras, sus mujeres histéricas, medusas, momias, monstruos o cíborgs, a pesar de pertenecer a este territorio de lo excluido, no nos resultan lejanos sino que nos afectan e identifican. Y sus imágenes se perciben como espejos ligeramente deformados que nos sugieren que la locura o la monstruosidad son simplemente una cuestión de grado.
La obra de Marina Núñez forma parte de relevantes colecciones como las del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el MUSAC, la Corcoran Gallery of Art, The Katzen Art’s Center, FRAC Corse o Museo de El Cairo. Ha expuesto individualmente en prestigiosos museos como el Centro de Arte Reina Sofía, el Museo Patio Herreriano, MUSAC, TEA y recientemente, en 2021, en el Museo Thyssen-Bornemisza, así como en galerías de Europa, Hispanoamérica y Estados Unidos.